Deporte

Un recorrido por Cantabria a través de sus boleras

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Bolera


Cada pueblo tenía su bolera. Y cada bolera tenía a su pueblo, y al vecino, ahí, rodeándola a menudo para disfrutar de ese peculiar sonido a madera que hace el choque de la bola con los bolos. Era un emblema, el lugar favorito y punto de reunión de las gentes del municipio. Donde había una bolera había juventud y veteranía, había presente y futuro.  


Cantabria se puede recorrer de muchas maneras: de playa en playa, de mirador en mirador, de bosque en bosque, y también de bolera en bolera. Aunque muchas de ellas han ido desapareciendo con el tiempo, otras se aferran a la vida que un día tuvieron y que luchan por conservar.


El juego de los bolos es uno de los deportes más tradicionales de nuestra región. La modalidad más popular es el “bolopalma”, que se caracteriza por la dificultad adicional de que la bola empleada para jugar carece de agujeros, por lo que se debe coger con la palma de la mano. El objetivo, derribar el máximo número de bolos mediante el lanzamiento a distancia de una bola de madera. Otras modalidades son el pasobolo tablón, el pasabolo losa y bolo pasiego.


Hoy en día, hay en uso más de 250 boleras por lo que elegir unas pocas resulta tarea complicada. A continuación, nombramos algunas de ellas enclavadas en maravillosos entornos de Cantabria. 


SANTA MARÍA DE CAYÓN


Cayón es uno de los municipios que más han cuidado sus tradiciones y sus deportes de la tierra a través de una red de boleras acondicionadas para su uso. El Ayuntamiento ha trabajado para que su uso sea accesible a los vecinos. Entre ellas destaca la bolera Fernando Astobiza, cubierta e inaugurada en el año 2006, situada en Sarón. Recientemente, también fue renovada la bolera de La Penilla de Cayón, que se encuentra en condiciones óptimas para la celebración de partidos, competiciones y entrenamientos. 


VALLES PASIEGOS


Los Valles Pasiegos son el lugar de origen del juego de bolos que lleva su nombre, aunque se pueden practicar cualquiera de las cuatro modalidades. La Bolera San Martín de Toranzo, la Bolera de Ontaneda o la de Borleña son algunas de ellas.


LA ROBLEDA EN PUENTE SAN MIGUEL


Una de las boleras clásicas de la región es la de La Robleda en Puente San Miguel, donde se disputa uno de los torneos clásicos de bolos, el Marcelino Botín, con 50 años de historia a sus espaldas. 



BOLERAS EN ÁLIVA Y CAMPOO


Dos boleras en lugares preciosos. Junto al hotel Hotel Áliva a unos 1.800 metros de altitud, hay una bolera con un encanto especial. Hay otra en Campoo situada en un lugar también único. Desde la bolera de La Población en Campoo se pueden disfrutar de unas vistas inolvidables del embalse del Ebro.


SANTANDER Y TORRELAVEGA


En Santander y alrededores hay también varias boleras. Al igual que en la capital del Besaya, Torrelavega, donde está una de las boleras cubiertas de la región, la Severino Prieto. En ella se celebra el concurso de La Patrona, torneo centenario de la región, lo que la convierte en una de las más visitadas y conocidas. Además, esta bolera es en la que en más ocasiones se ha celebrado el campeonato de España.


OTRAS BOLERAS CON ENCANTO


Otra de las boleras cubiertas se encuentra en Loredo. En su ayuntamiento, Ribamontán al Mar y en el vecino de Ribamontán al Monte, hay varias boleras, como la de Omoño, en la que se practica otra de las modalidades de bolos, el pasabolo losa. En Laredo se ubica la bolera las cárcobas cuya especialidad que se practica es el pasabolo tablón.


Muchos son los pueblos que en los últimos años han renovado sus boleras para volver a traer la tradicional actividad a sus gentes. Ahora en las fiestas de los pueblos es habitual incluir concursos de bolos en su programación, un evento que permite que las boleras se llenen, de nuevo, aunque sea por unos días.